Notas para leer en caso de incendio.








domingo, 2 de julio de 2017

Códigos


Demasiado frío para ser primavera. Y había que agregarle la espera. Tensa. De esas que traen malos augurios. El motor de un auto rompió la monotonía de la noche. "Por fin, pensó Alberto, sin sospechar siquiera que el final  que se acercaba era el suyo. El vehículo iba a marcha lenta. Un animal mecánico que se movía con cuidado, evaluando vías de escape, señuelos falsos o alguna emboscada. Sin embargo nada parecía perturbar la quietud de la noche cada vez más densa.
El movimiento fue rápido y certero. Alberto ni siquiera alcanzó a reaccionar para tomar su arma o para huir. Cuando pudo divisar con claridad, los ocupantes del auto ya habían descendido y lo había reducido dejándolo inmóvil. "Esto te pasa por meterte con la gente equivocada", alcanzó a mascullar el más grande de ellos, al tiempo que le colocaban una capucha negra sobre su cabeza. Un golpe seco en la nuca hizo que todo se volviera más oscuro.
El baldazo de agua lo hizo volver en sí, estaba fría y la noche ya lo era (mejorar). Trató de rastrear en su cabeza el mapa de su cuerpo. Estaba descalzo y sentado. Podía sentir sus pies congelarse por el agua. El piso era rugoso, como de cemento sin terminar. Sus manos se encontraban atadas sobre su espalda con una soga muy rústica. Intentó hacer fuerza para zafarse pero resultó inutil. El que ató el nudo sabía bien lo que estaba haciendo. Al llegar a su cabeza sintió el dolor de la inflamación en el lugar donde lo golpearon. Un dolor punzante y que aumentaba con el correr de los minutos. Levantó la cabeza: nadie alrededor. Solo oscuridad y silencio.
"¿Qué mierda salió mal?" pensó Alberto, mientras trataba de repasar sus movimientos en los últimos días. Un golpe desde atrás hizo que volviera a ubicarse en tiempo y espacio. Atado, descalzo, congelándose de a poco y ahora, con el dolor en la cabeza que había renacido.
- ¿Así que el señorito se creyó más vivo que los demás? -  resonó desde la oscuridad aquella voz que lo increpó cuando los encapuchaban.  Era una voz grave, profunda y pronunciaba las palabras con una ironía macabra - ¿No estabas pensando defraudar nuestra confianza, no?
Alberto levantó la cabeza y trató de divisar en la penumbra el origen de esas acusaciones. Silenciosamente, casi en cámara lenta, un cuerpo gigante comenzó a dibujarse lentamente desde las sombras. Figura y fondo. Debía medir unos 2 metros de altura, tamaño magnificado por la posición de Alberto, que lo miraba desde la silla. El puño cerrado del gigante era casi del tamaño de la cabeza de Alberto. Se movía con la sigilo de un felino y tenía los modales de un miembro de la realeza. Un tipo acostumbrado a lidiar con toda clase de gente dentro del variado ambiente para los que prestaba servicios.
- Te traigo saludos del señor Leiva. No está muy contento con tu conducta reciente - dijo el gigante, con un lenguaje amable y claro, que contrastaba con su porte de matón sanguinario. - La cosa es simple niño Alberto. Usted le debe al Señor Leiva una cantidad de dinero… importante, digamos… entre otras detalles.
El gigante hablaba haciendo ademanes con sus brazos y moviendo las manos para marcar el énfasis de sus palabras. En su cabeza, se dirigía a un público imaginario.
-       Quiero que entiendas, querido Alberto, que ésta circunstancia no es lo que nosotros deseamos, nos gustaría más poder llegar a un entendimiento de otro tipo... por llamarlo de alguna manera.
-       No tengo idea de que mierda estás hablando! Yo no les debo nada. Tenés a la persona equivoca...! - gritó Alberto.
-      El golpe en la cabeza no dejó que terminara la frase y tiró a Alberto contra el suelo. Un derechazo seco hizo que la boca de Alberto explotara de sangre y un par de dientes rodaron por el piso de cemento.
-       No me gusta ponerme agresivo pero tampoco me gusta que nadie insulte mi inteligencia - dijo a modo de excusa.
El gigante tomó el respaldo de la silla con una sola mano y volvió a poner a Alberto en su lugar. De la nariz y de la boca la sangre no paraba de salir y había comenzado a mezclarse con el agua del piso. Las palabras no salían de boca de Alberto por más que intentara pronunciar alguna frase. La potencia del golpe lo había dejado gorgi. Parecía uno de esos boxeadores que se mantienen de pié por puro instinto de supervivencia, esperando que el rincón arroje la toalla salvadora. Era en vano intentar hilar cualquier pensamiento coherente, más aún intentar que las conexiones nerviosas entre el cerebro y la boca mostraran alguna eficacia. Levantó la cabeza y trató de concentrarse. A lo lejos pudo ver al  gigante de espaldas. Su cabeza seguía dándole vueltas, como si su cerebro buscara tomar su posición normal. Cuando el mareo terminó, el dolor volvió con mayor intensidad.
-      No hay motivos para que sigamos con esta danza - dijo el gigante a lo lejos. Sería correcto para ambos que me dijera como puedo recuperar el dinero del señor Leiva, usted seguirá su camino y yo el mío. Mi jefe obtendrá lo que quiere y usted nos hará el favor de tomarse unas vacaciones. Largas y lo más lejos posible. No querrá saber qué pasa si no colabora - masculló mientras se encogía de hombros.
Los pensamientos de Alberto no paraba de agolparse en su cabeza. Caóticos. Nunca pensó que quedarse con el dinero de Leiva tuviera semejante costo. Todos sabían en la ciudad nada de lo ilegal le era ajeno a Leiva. Desde el menudeo de drogas hasta el juego clandestino. Era un tipo sobrio, elegante y reservado, que había comenzado con la venta de autopartes robadas y fue ascendiendo en la pirámide de poder de la organización. Siempre supo camuflar muy bien sus negocios dándole una apariencia de legales: desde salones de video juego en los años 90s hasta un restoranes y la venta de automóviles. A pesar de ser un permanente sospechoso, nunca pudieron probar sus contactos con el submundo criminal, posiblemente por su amistad con algunos personajes de la política y especialmente la justicia. Leiva consideraba la discreción una virtud dentro del ambiente en el que se movía, y lo mismo exigía de sus subalternos. La supervivencia del negocio así lo requería. Y Alberto no era una persona a la que le interesara el cultivo de tales virtudes. El enojo de Leiva venía en ese sentido. Alberto se dio cuenta mientras estaba atado y dolorido en una silla maltrecha y con su boca y nariz formando una masa informe de pellejo, piel y sangre.
-                      Esto no tienen ni mierda que ver con la guita. No es una cuestión de plata – gritó Alberto la tener la revelación.
            El gigante se dio vuelta y lo miró son sorna, luego rió para sí y comenzó a acercarse lentamente.
- Es esa mierda de no mostrarse demasiado, de no hacer ostentación. Esos putos códigos. ¿De qué sirve hacer plata si no podés darte ciertos gustos?
- Los códigos son parte fundamental del negocio. Y usted lo sabía desde un principio. Por supuesto que el asunto del dinero también es importante, pero no lo principal en este baile… Para sobrevivir uno tiene que ser inteligente, y en nuestro negocio, para vivir bien uno tiene que ser una sombra y no un artista de varieté que llame la atención. Porque cuando uno llama la atención la gente primero, y los medios después comienza a hacer preguntas incómodas. Y siempre es bueno mantenerse alejando de los interrogatorios. No tengo que explicárselo, ¿verdad? – dijo el gigante, como un buen maestro tratando de hacer entrar en razones a un alumno rebelde.
Alberto seguía atentamente al gigante y sus movimientos tratando de buscar alguna alternativa que le permitiera escapar del suplicio de que era protagonista. Las sogas estaban estrangulando sus muñecas y casi no sentía los dedos. Comenzó a moverse lentamente en la silla mientras su cabeza buscaba entre la oscuridad algún indicio de algo que pareciera un puerta y ventana o una grieta que le permitiera escapar. El gigante percibió la intención de Alberto.
- No pierdas tiempo buscando una manera de salir. No es posible.
Es ese instante al gigante hizo un movimiento y algo brilloso se descubrió en su mano. Después se dio vuelta y toda su humanidad se dirigió hacia Alberto. Se acercó tanto que hasta podía oler su colonia barata. Se arrodilló, tomó la cara de Alberto con una de sus manazas y lo miró fijamente.
- Lamento informarte que ya no está en mis manos lo que va a pasar.
De la nada se escuchó un fuerte estampido.
Donde estaba el dedo gordo del pie derecho ahora se hallaba una masa de carne, sangre y hueso molido. Los gritos deberían haberse escuchado desde lejos, si acaso hubiera alguien que pudiera escucharlos. El dolor se hizo insoportable, de una intensidad tal que hizo que Alberto se desmayara. Ese dolor era lo último que iba a sentir.

Esos putos códigos. 


Alejandro Enrique

martes, 18 de abril de 2017

Cicatriz

Exagera el sol
al salir.
El trigo espera una última
lluvia
que haga fuerte
su paso
a la extinción.
Si entramos al campo
del vecino
a robar choclos
para la cena,
tenemos que estar atentos.
Es difícil que nos vean
desde tan lejos,
pero creeme
cuando te digo
que nos oyen.
Aunque estemos a kilómetros
las voces corren
más rápido que una yegua asustada.
Y empiezan los tiros
con cartuchos de sal gruesa
los ladridos de los perros
los teros se alborotan.
Una bolsa de arpillera
llena para la cena
y en el brazo una marca
para siempre,
hasta que me muera,
voy a querer comer choclo
cada vez que la vea.


Gabriel Segovia

domingo, 16 de abril de 2017

Padinger, López, Daneri & cía.



Retrato de Marte es una novela histórica, en el sentido en que Los Pichiciegos de Fogwill es una novela histórica. Un enfoque transversal de algo más grande. Todo lo que sucede en la novela puede pensarse como la pintura de Cándido López que fue utilizada para la tapa del libro escrito por Germán Padinger y editado por Olmo Ediciones. López, a su regreso del Paraguay (con un brazo menos), se pasó todo el resto de su vida retratando el conflicto bélico más importante en el que participó Argentina; conflicto sólo comparable con la guerra de Malvinas 118 años después. Un soldado artista y testigo directo, consciente de que una guerra está compuesta por miles y miles de pequeñas historias anónimas que merecen ser plasmadas en un lienzo. Historias que merecen, también, ser escritas por alguien. Ahí es donde Padinger interpela a López y elige uno de los tantos pequeños soldados retratados, y le da un nombre: Daneri. Con un nombre y nada más que eso, Padinger construye la Historia de lo que posteriormente se conoció como la Guerra de la Triple Alianza, todo y nada más que todo eso en cien páginas.
            La literatura de ficción bélica, compuesta por millones de libros, pocas veces dedica alguno de ellos a este hecho histórico en particular. Teniendo en cuenta que los países sudamericanos que participaron en la contienda, apenas superan los doscientos años, la apuesta de Padinger se hace más ambiciosa, y llega a buen puerto. Para lograr su cometido, utiliza un mecanismo de anonimato y un desarrollo ininterrumpido de acciones sin nombres propios, más allá del propio Daneri. El único nombre que importa realmente. Eso que vemos en los cuadros de López (estudiados por Padinger), cobra sentido y movimiento a través de Daneri. Lo que Daneri ve, lo que Daneri escucha, lo que Daneri sufre y de lo que Daneri trata de escapar. La salida siempre parece ser el río Paraná. Testigo mudo y neutral de la vida y la muerte que se sucede en sus orillas.
            Fogwill declaró más de una vez que Los Pichiciegos no era una novela sobre la guerra de Malvinas, ni tampoco una novela sobre la guerra (así, sin nombre propio). Sino que era una novela sobre el lenguaje. Fogwill apelaba a la capacidad del lector para interpretar este tipo de declaraciones. Después de leer Retrato de Marte, descubro que no es una novela sobre la guerra del Paraguay solamente, sino que es una novela sobre la identidad. Sobre el desarraigo, la soledad y el anonimato. Jean Echenoz hace lo mismo en su novela 14, un retrato irónico, triste y a la vez cómico de La Primera Guerra Mundial. No es pretensioso decir que Padinger dialoga con estos autores y se posiciona en esa línea. Nos ofrece una novela que trata la historia de un hombre, que puede ser todos los hombres, en cualquier momento de la historia, en cualquier lugar del mundo. Recomendar su lectura es redundar un poco, pero no importa: hay que leer este libro.    


Nicolás G. Enrique  

viernes, 14 de abril de 2017

Leer


Todos los gestos del universo caben en un día
de tu vida mediocre y triste
de mi vida mediocre y triste
Por eso la lectura se hace necesaria
para escapar del hastío
de los crucigramas
los domingos de mañana

un cuento es mejor que una novela
y un poema mejor que mil canciones
en la radio
pero nada de eso es la suma total de todos
los gestos que caben en el universo

malversá fondos culturales
y dale de comer a la juventud impetuosa
que ellos se interpondrán
entre el arte y todo lo demás

…sabrán los poetas
lo que es fracasar

alguna vez? 


Gabriel Segovia

martes, 21 de febrero de 2017

Esquema


Pienso que fue lo mejor llamarte después de la lluvia
salirse del esquema a esta edad es como firmar
                                               la sentencia de muerte
                frente a tus viejos que ya te piden un nieto
y que (se) preguntan todo el tiempo
al igual que los padres de tus amigos
“¿Por qué les cuesta tanto querer?”

“Querer les cuesta tanto... ¿por qué?”
al igual que los padres de mis amigos
que se preguntan eso todo el tiempo
mis padres van al punto y me piden un nieto
o me sentencian
a sufrir que ellos se salgan de lo acordado a esta edad…
sigo pensando que lo mejor fue llamarte después de la lluvia.

Gabriel Segovia

Tempo (Insomnio V)

Descubrí que el tiempo juega con nosotros. Hace un “tiempo” que tengo la sensación de estar viviendo minutos que duran demasiado. Otras veces, una hora se pasa en quince minutos. El mundo no tiene tiempo, las cosas no tienen tiempo, el ser humano sí. Al menos eso es lo que ha tratado de medir la humanidad desde que el mundo es mundo, desde que el tiempo es… eso.  
                Extrañar – así, en infinitivo – se parece a  buscar tiempo al final del día. Cuando ya sabés que la jornada terminó y que no te queda más que descansar, para tratar de reconstruir todo más tarde. Lamentás no tener más tiempo para vivir. Y entonces el silencio se llena de pasado que se amontona en la pieza, y el techo se puebla de nombres, por la ventana los ruidos que se cuelan no son los de una ciudad que duerme, al contrario, todo el silencio te aturde y te habla de cosas que fueron, pero que no dejan de ser, porque las estás volviendo a vivir. Ahí solo. Lejos. Lejos de todo
                Extraño una canción que cuyo nombre nunca supe. Extraño al adolescente que escuchaba Soda Stereo en casa de un amigo al que hace años que no ve. Extraño a ese amigo, que bajaba las escaleras de su casa haciendo culopatín. Extraño reírme de mi amigo, reírme con él, y reírnos de la madre de mi amigo cuando se enojaba, porque bajábamos las escaleras de modo poco tradicional.
                La música es señal de que te estás poniendo viejo, y de que el tiempo pasa más rápido, o más lento, pero no deja de pasar. La música sigue ahí, joven, como la primera vez que oíste esa canción, pero vos no estás igual. Pero no importa: escucho ese tema y estoy en la base de la escalera, esperando que mi amigo se largue desde arriba, mientras suena Soda.
                Luis, mi amigo, viene en picada, los escalones tiemblan, ya no tiene seis años, los barrotes, que él usa como freno, entrelazando sus dedos para que el descenso no termine en tragedia, crujen y quedan vibrando a su paso. Ya no tenés seis!, le grita la mamá, desde el living. Tenía catorce, ahora debe tener más del doble de edad de la última vez que se tiró escaleras abajo. Lo espero abajo, y vamos a la cocina a prepararnos algo para comer.

                Soñar es la única manera de no estar atado el tiempo. 

Nicolás G. Enrique


viernes, 10 de junio de 2016

Como Arnold, HE VUELTO, sí!!!. y ésta vez me acompañan varias personas. Varios autores. Tendrán noticias nuestras en un futuro no muy lejano. Saludos cordiales!!! Como Arnold, HE VUELTO, sí!!!. y ésta vez me acompañan varias personas. Varios autores. Tendrán noticias nuestras en un futuro no muy lejano. Saludos cordiales!!!Como Arnold, HE VUELTO, sí!!!. y ésta vez me acompañan varias personas. Varios autores. Tendrán noticias nuestras en un futuro no muy lejano. Saludos cordiales!!!Como Arnold, HE VUELTO, sí!!!. y ésta vez me acompañan varias personas. Varios autores. Tendrán noticias nuestras en un futuro no muy lejano. Saludos cordiales!!!Como Arnold, HE VUELTO, sí!!!. y ésta vez me acompañan varias personas. Varios autores. Tendrán noticias nuestras en un futuro no muy lejano. Saludos cordiales!!!Como Arnold, HE VUELTO, sí!!!. y ésta vez me acompañan varias personas. Varios autores. Tendrán noticias nuestras en un futuro no muy lejano. Saludos cordiales!!!Como Arnold, HE VUELTO, sí!!!. y ésta vez me acompañan varias personas. Varios autores. Tendrán noticias nuestras en un futuro no muy lejano. Saludos cordiales!!!Como Arnold, HE VUELTO, sí!!!. y ésta vez me acompañan varias personas. Varios autores. Tendrán noticias nuestras en un futuro no muy lejano. Saludos cordiales!!!Como Arnold, HE VUELTO, sí!!!. y ésta vez me acompañan varias personas. Varios autores. Tendrán noticias nuestras en un futuro no muy lejano. Saludos cordiales!!!Como Arnold, HE VUELTO, sí!!!. y ésta vez me acompañan varias personas. Varios autores. Tendrán noticias nuestras en un futuro no muy lejano. Saludos cordiales!!!Como Arnold, HE VUELTO, sí!!!. y ésta vez me acompañan varias personas. Varios autores. Tendrán noticias nuestras en un futuro no muy lejano. Saludos cordiales!!!Como Arnold, HE VUELTO, sí!!!. y ésta vez me acompañan varias personas. Varios autores. Tendrán noticias nuestras en un futuro no muy lejano. Saludos cordiales!!!Como Arnold, HE VUELTO, sí!!!. y ésta vez me acompañan varias personas. Varios autores. Tendrán noticias nuestras en un futuro no muy lejano. Saludos cordiales!!!Como Arnold, HE VUELTO, sí!!!. y ésta vez me acompañan varias personas. Varios autores. Tendrán noticias nuestras en un futuro no muy lejano. Saludos cordiales!!!Como Arnold, HE VUELTO, sí!!!. y ésta vez me acompañan varias personas. Varios autores. Tendrán noticias nuestras en un futuro no muy lejano. Saludos cordiales!!!