Notas para leer en caso de incendio.








sábado, 11 de octubre de 2014

Insomnio - parte I

Es evidente que no tengo la necesidad de decir algo importante. El relato está vedado en mí desde hace un tiempo… “bloqueo” le dicen algunos, “ausencia de inspiración”. Ya recurrir a esos términos demuestra una falta total de recursos para nombrar algo que es sencillo pero que pareciera que no puede ser denominado de otro modo.
       Describir la cotidianidad de una persona parece ser el recurso más a mano para continuar escribiendo. Y siguiendo con la costumbre de agregar una palabra tras otra, puedo decir que las últimas novedades del caso sobre la imposibilidad de enhebrar un suceso determinado de acciones, llevadas a cabo por un ente con vida, se reducen drásticamente a medida que pasan lo segundos. En el tiempo que cualquier persona, con intenciones de leer estos enunciados, tarda en llegar al siguiente punto, en cualquier otra parte del mundo otra persona – que puedo ser yo, precisamente –  puede estar escribiendo la misma cantidad de incoherencias y esperar la posibilidad de que las mismas (evitar lo más que sea posible el uso de la frase “las mismas” o “de las mismas”… no ayuda al normal fluir del relato) sean interpretadas como parte de un proceso mayor y más concreto de desvarío discursivo con aires de monólogo interior.
       Como capítulo de algo que nunca va a terminar de escribirse, puedo decir que esto carece de toda forma posible de identidad literaria y, probablemente, sea olvidado inclusive, hasta por mí. Pero es una entrada de un blogg, su esencia es, precisamente, ésa y no otra. Ah, las formas las formas. Las evidencias dicen que esto no tiene posibilidades de sobrevivir más allá de una lectura.
       Lector ávido de racionalidades y sospechas, te pido encarecidamente que no desprecies la gratuidad de estos párrafos. Por algo llegarán a algún lugar, el día de mañana. El viento, tal vez, los traiga de regreso a un cesto, impreso en una hoja y hecho un bollo de papel, para después ser quemado.
       Destino final de todas las palabras.